miércoles, 18 de septiembre de 2013

Las libertades en crisis (II): Elecciones libres para la democracia judicial





Por su interés, voy a traer un artículo de Jesús Manuel Villegas Fernández, quien escribió un libro del cual se hizo recensión en este post. Dicho texto se publicó el 12-IX-2013 en La Opinión de La Rioja, y, dada su claridad expositiva, nos limitamos a reproducirlo aquí:

JESÚS MANUEL VILLEGAS FERNÁNDEZ
MAGISTRADO DE JUZGADO DE INSTRUCCIÓN SECRETARIO GENERAL DE LA PLATAFORMA CÍVICA POR LA INDEPENDENCIA JUDICIAL
«El juez de base ajeno a la política se ve atrapado en una tenaza que lo aprieta desde arriba y abajo. Su voz no cuenta. Nadie sabe cuál es la opinión general de la judicatura española, como conjunto. Otros hablan por él»

"En estos momentos está en marcha una revolución silenciosa. O más bien, una contrarrevolución. La última reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial perpetúa la designación parlamentaria del máximo órgano de gobierno de nuestra justicia: el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Por tanto, se confiere de facto a los partidos políticos la última palabra en el reclutamiento de aquellos individuos, togados o no, que mandarán sobre los jueces españoles. Los agraciados con tal dignidad serán los que decidan cuándo hay que sancionar o no a cualquier magistrado, dirigirán la inspección disciplinaria sobre los tribunales, proveerán ascensos o concursos y, entre otras competencias, intervendrán en el proceso de acceso a la carrera judicial. En teoría se trata de materias que deberían resolverse imparcialmente, con criterios jurídicos; en la práctica, son resortes de poder que las oligarquías de Ferraz y Génova, así como sus acólitos acondroplásicos, jamás renunciarán a controlar. ¿Qué más da que se haya pisoteado el programa electoral?

Pero hay más. Se planea una nueva ley de planta que acabará con los partidos judiciales y, con ellos, con los decanos, representes democráticos que los jueces de cada demarcación territorial han venido eligiendo hasta ahora en votación libre. El objetivo es reemplazarlos por unos presidentes de ‘tribunales de instancia’, nombrados directamente por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Ese mismo consejo cuyos miembros deben su cargo a la liberal largueza de sus poderosos padrinos.

El juez de base ajeno a la política (el que trabaja en su despacho sin mancharse la toga con polvo de ese camino tan hollado) se ve atrapado en una tenaza que lo aprieta desde arriba y abajo. Su voz no cuenta. Nadie sabe cuál es la opinión general de la judicatura española, como conjunto. Otros hablan por él. El pueblo español desconoce qué piensan sus jueces.

El poder judicial español se estremece atravesado por una corriente interna que reclama su democratización mediante la instauración de un principio elemental: un juez/ un voto. En noviembre del año 2012 y febrero de 2013, más de trescientos jueces exigieron la creación de una Asamblea General de Jueces; esto es, de un espacio donde todos los miembros de la carrera trasmitan al pueblo español su opinión como colectivo, sin tutelas externas, sin intermediarios que distorsionen su mensaje o pongan sordina a su voz. Fue una iniciativa espontánea, surgida de la comunicación de los jueces entre sí median- te el correo electrónico, sin padrinos políticos, económicos, sindicales, asociativos, periodísticos o de cualquier otra índole. El rever- so de la politización impulsada desde el poder.

Por tercera ocasión, los jueces se reunirán en Madrid el 26 de octubre de este año 2013. Esta vez promoverán un acto simbólico: la elección de un consejo alternativo al oficialista. Merced a un sistema de comunicación electrónica, organizarán unos comicios virtuales donde se voten libremente a doce jueces según el modelo del programa electoral pisoteado por el Ministerio. Es sólo un gesto sin valor legal, una llamada a los ciudadanos para salvar la dignidad de la justicia española: la gran mayoría de los magistrados de nuestro país ha dado la espalda a la farsa montada por el poder político. Exigen ser escuchados, que otros no hablen por ellos. Es un movimiento arriesgado. Condición necesaria de su éxito es la ruptura del muro de silencio donde el poder político quiere encerrar a la justicia independiente. Sin la ayuda de todos, no lo lograremos”.

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1 comentario:

  1. Como ciudadano de a pié, esto que usted expone y otras cuestiones, hacen que cada vez crea MENOS EN LA JUSTICIA.

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