He leído hace nada una noticia, según la cual el FBI se
refuerza con más de dos docenas de agentes para investigaciones de sobornos empresariales
(en inglés). Acudiendo al cuerpo de la noticia, en la misma se señala que los
treinta agentes, que se van a repartir entre Washington, NY y LA, van a
reforzar las investigaciones respecto a infracciones de la FCPA (Foreign Corrupt Practices Act), o norma
equivalente, salvando las distancias, a nuestro 445 Cp, relativo a los sobornos
cometidos por empresas patrias en el extranjero, por el doble efecto pernicioso
que estas prácticas conllevan: 1) Extender la corrupción en países extranjeros
de tejido legal más débil, 2) Por ser anticompetitivas para otras empresas.
Puede que parezca un número muy pequeño para un país tan
poblado, pero si tenemos en cuenta que las unidades que investigan este tipo de
hechos en España no tienen dedicación exclusiva en la materia y por tanto no se
puede alcanzar el mismo grado de perfeccionamiento profesional. Además, la
paralización casi total de convocatoria de nuevas plazas está llevando a dejar,
en la práctica, muy inoperativas a las unidades. Reducción de personal a la que
se une la convocatoria reducida de plazas de jueces y fiscales, no pueden dar
lugar sino a un empobrecimiento de la calidad de las investigaciones tanto a
nivel policial como jurisdiccional.
Pero hay más. Unidades que se dedican a la investigación de
delitos concretos y muy complejos absolutamente diezmadas (no hace mucho un
guardia raso, brillantísimo pero que no ha pisado la universidad, me preguntó
¿cuántos guardias ves en la garita de acceso? 4 ¿Cuántos estamos para delitos
urbanísticos? él [y confirmado por un superior suyo]).
Pero a eso le añadimos que recientemente los guardias
civiles, al menos creo que los de policía judicial, han visto reconocido (por
Europa, por supuesto), su derecho a hacer el mismo número de horas que el resto
de los mortales. Puedo dar fe de que en investigaciones complejas se han
rebasado las cien horas semanales por bastantes agentes a la vez, y eso, semana
a semana, porque el delito no cesa, trae unas evidentes mermas de salud y
familiares que no se compensan. El evidente e incontestable derecho al
descanso, ante la reducción paulatina de efectivos reales, va a conllevar
necesariamente que habrá investigaciones que se van a dejar de realizar con una
merma evidente de la seguridad ciudadana. Hay dos ejemplos que estamos viendo
en vivo y directo: 1) Estar teniendo que utilizar a la UEI y a los GEO a labores de vigilancia ciudadana; para quien no lo sepa, los
GEO y la UEI son las unidades de asalto de élite del CNP y GC respectivamente,
2) Creo que se ha sacado ya completamente de las prisiones a la Guardia Civil y
Policía Nacional, o al menos se encuentra en curso ese abandono. Y desgraciadamente se empiezan a ver
entregas de atestados, incluyendo denuncias de particulares en materia de corrupción,
sin practicar ninguna diligencia de esclarecimiento previa a la remisión al
juzgado. Con mimbres como estos no esperemos salir de delitos de conductores
ebrios, peleas nocturnas de muchachos y robos de material de obra. Tal vez habría
que replantearse, en vez de ajustar el cinturón tanto por ahí, adelgazar otras
administraciones, muy en particular las territoriales.
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