lunes, 15 de febrero de 2016

Otro compliance officer que visitará el presidio


Vaya por delante que no hay CCO que vaya a ir a prisión (aparte de los que ya hemos visto en otras noticias de este blog). Os traigo un post de Nigel Farmer en inglés. El especialista de compliance informático nos recuerda que mientras para los vendedores de mercados inmobiliarios la localización lo es todo, para los mercados de capital la regulación lo es todo.

Una cosa que me ha dejado un poco sorprendido es la ligereza con la que en muchos cursos los ponentes les dicen a los alumnos que el CCO está exento de responsabilidad penal. Es una cuestión ya recurrente que la mayoría de los estudios que se pueden encontrar al respecto van más por la línea contraria: que cabría hablar de comisión por omisión, complicidad o incluso la figura del extraneus. Sea como fuere, el artículo hace referencia a otra cuestión en la que no paro de insistir a los alumnos españoles: hay que olvidarse de que el compliance es solo el hard law (los 26 delitos a prevenir) y que hay que tomarse con mucha seriedad otros ataques desde el interior de la empresa como soft law (blanqueo de capitales en cuanto infracción administrativa, normativas sectoriales, derecho de la competencia, protección de datos, prevención de riesgos laborales y un largo etc., que nos lleva hasta el infinito y más allá).

De hecho, en el artículo se menciona que, según una encuesta hecha en Inglaterra, más de 54% de los CO cambiarían de profesión si les surgiese la oportunidad.

Fernando Rosado comentaba en Linkedin hace pocos días al respecto que mientras en Latinoamérica el perfil del CO es de una persona joven y razonablemente bien formada, en el ámbito anglosajón se suelen fichar como CO a gente procedente del sector público. De hecho, Pura Strong, una de mis tres personas de cabecera en lo relativo a blanqueo de capitales, me comentaba de su época por EEUU que lo habitual es fichar fiscales y gente procedente ¡del ejército! Las empresas buscan para este puesto gente especialmente seria y, probablemente, nada como tener a un fiscal que se sabe las triquiñuelas de fiscales para hacer frente a otro si las cosas se tuercen.

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