Debería
irme planteando dedicarme a la futurología, como la llamada Pitonisa de Magallón,
y hacerme rico, porque, como ya ha pasado en alguna otra ocasión, en el blog se
ha adelantado una corriente procesal que ha acabado cuajando. En el caso que
nos ocupa, invitamos a releer Con la Policía no se juega; una de denuncias falsas.
Está
habiendo un repunte de denuncias falsas sobre todo por parte de gente joven,
varones y hembras indistintamente, que, como quiera que han perdido el móvil o
se lo han hurtado por estar descuidados (dejarse el móvil en la biblioteca de
la facultad y al volver haber volado, irse al baño de la discoteca habiendo
olvidado el móvil en la barra o en el bolso, etc.), y los seguros han dicho
basta y sólo cubren robos con violencia o intimidación (atracos), no haciéndose
responsables de extravíos ni hurtos al descuido.
Así
las cosas el joven no dispuesto a hacer frente a su incompetencia decide
intentar estafar al seguro, lo que supone dársela con queso a la fuerza
policial correspondiente, ya que el seguro exige denunciar los hechos para
entregar otro equipo.
En
un lado del ring tenemos a una persona que se cree muy lista y en el otro a un
agente policial. Estos jóvenes suelen plantear los hechos de la siguiente
manera: un extranjero (no falla echarle el muerto a un inmigrante) al que no
podrían reconocer les ha dado un golpe que no ha dejado marca o les ha
intimidado, p. ej. exhibiendo una navaja, llevándose el aparato.
Sin
embargo, sus relatos suelen tener algunos fallos:
A)
Normalmente denuncian varios días después del supuesto atraco (que se explica
porque han ido a la tienda y les han dicho allí que si no es por atraco no les
entregan uno nuevo); una verdadera víctima denuncia inmediatamente los hechos.
B)
La versión no es creíble por cómo se relata, la falta absoluta de detalles o la
exageración absoluta de los mismos en cuanto a número o tipo.
C)
Resulta que, hoy por hoy, suele haber cámaras de seguridad en muchos sitios
apuntando a la calle y que no captan nada de lo relatado (como en el ejemplo
del post arriba enlazado).
D)
Es un tanto extraño que te atraquen y se te lleven sólo el móvil y no la
cartera con el dinero, llaves del coche etc. Demasiado selectivo.
E)
La gente que se dedica al mundo del crimen desarrolla un sexto sentido para
saber cuándo le cuentan la verdad y cuándo los nervios y otras incoherencias
hacen incurrir en una historia no creíble.
Desde
un punto de vista jurídico, estos hechos pueden ser constitutivos de:
Simulación de delito (457 Cp):
“El
que, ante alguno de los funcionarios señalados en el artículo anterior,
simulare ser responsable o víctima de una infracción penal o denunciare una
inexistente, provocando actuaciones procesales, será castigado con la multa de
seis a doce meses”.
El
quid de la cuestión pasa por interpretar el término “provocando actuaciones
procesales”, si bien de acuerdo con el art. 770. 5ª LECRIM puede considerarse actuación
procesal toda actuación que vaya más allá de la simple recepción de la
denuncia.
Estafa:
Que
dependerá para ser consumada o en grado de tentativa en haber recibido el nuevo
equipo o no y respecto al delito o falta depende de si supera los 400 € de
valor ese móvil o no.
Si la materia es de vuestro interés,
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Me encanta este Blog y soy fiel seguidora pero en este caso, aúnque muy buen post, has dado un montón de pistas para que los "denunciantes falsos" afinen sus denuncias.
ResponderEliminarJajajaj.
:-)
Estoy tranquilo; lo más seguro es que se lo lean después de detenidos o, al menos, después de haber presentado la denuncia. Saludos
EliminarLa tercera edad también es aficionada a las denuncias falsas- simulación delito.
EliminarHe conocido un caso curioso de una abuela - pues ya tenía los 60 años en su primera denuncia y 70 en la segunda - que denuncia por dos veces, en espacio de diez años, el robo de un reloj muy caro.
Pero la Policía, que desde hace algunos años tiene las denuncias informatizadas, pudo comprobar al presentar la segunda denuncia que hacía diez años había denunciado lo mismo (y en esos diez años no demostró que se volviera a comprar el mismo reloj robado diez años antes).
La falta de honestidad no entiende de edades... es una pena que el ser humano sea tan estafador.
Saludos