La
Sala de lo Civil del TS ha dictado la reciente STS 2451/2015, de 1-VI, ponente Excmo. Rafael Saraza Jimena, confirmando dos
sentencias anteriores (Juzgado de lo Mercantil y Audiencia).
El
art. 5 de la LC señala que:
“1. El deudor deberá solicitar la
declaración de concurso dentro de los dos meses siguientes a la fecha en que
hubiera conocido o debido conocer su estado de insolvencia.
2. Salvo prueba en contrario, se
presumirá que el deudor ha conocido su estado de insolvencia cuando haya
acaecido alguno de los hechos que pueden servir de fundamento a una solicitud
de concurso necesario conforme al apartado 4 del artículo 2 y, si se trata de
alguno de los previstos en su párrafo 4.º, haya transcurrido el plazo correspondiente.”.
Art.
2. 4 de la LC (concurso necesario o a instancia de acreedor):
“4. Si la solicitud de
declaración de concurso la presenta un acreedor, deberá fundarla en título por
el cual se haya despachado ejecución o apremio sin que del embargo resultasen
bienes libres bastantes para el pago, o en la existencia de alguno de los siguientes
hechos:
1.º El sobreseimiento
general en el pago corriente de las obligaciones del deudor.
2.º La existencia de
embargos por ejecuciones pendientes que afecten de una manera general al
patrimonio del deudor.
3.º El alzamiento o la
liquidación apresurada o ruinosa de sus bienes por el deudor.
4.º
El incumplimiento generalizado de obligaciones de alguna de las clases
siguientes: las de pago de obligaciones tributarias exigibles durante los tres
meses anteriores a la solicitud de concurso ; las de pago de cuotas de la
Seguridad Social, y demás conceptos de recaudación conjunta durante el mismo
período ; las de pago de salarios e indemnizaciones y demás retribuciones
derivadas de las relaciones de trabajo correspondientes a las tres últimas
mensualidades.”.
Ya
en sede de la llamada Pieza VI o de calificación, el art. 165. 1 dice
(presunciones de culpabilidad del concurso):
“1. El concurso se presume culpable, salvo prueba en contrario, cuando el
deudor o, en su caso, sus representantes legales, administradores o
liquidadores:
1.º Hubieran incumplido el deber de
solicitar la declaración del concurso.”.
Pues
bien, la sentencia arriba enlazada viene a decir que el TS no puede entrar
en cuestiones de valoración de prueba, puesto que unifica interpretación legal,
correspondiendo esa competencia a los dos órganos inferiores. Respecto a la
individualización de la responsabilidad dice:
“5.- Los órganos de instancia gozan de un
margen de discrecionalidad para realizar determinados pronunciamientos (como,
por ejemplo, la duración de la inhabilitación en la sentencia que califique el
concurso como culpable). No habiéndose optado por una duración máxima ni mínima
de la sanción, no se entiende exigible una especial motivación para imponer tal
medida, dado que la misma es consecuencia ineludible de la calificación del
concurso como culpable y de la declaración de determinadas personas como
especialmente afectadas por tal calificación. El Juzgado Mercantil razonó por
qué se imponía la sanción de inhabilitación en esa extensión, con unos
argumentos que no fueron cuestionados ante la Audiencia Provincial y que esta,
al confirmar la sentencia en este extremo, asumió.”.
Valoración
de la presunción de culpabilidad:
“QUINTO.-Decisión de la Sala. El alcance de
la presunción del art. 165.1 de la Ley Concursal
1.-
Es doctrina jurisprudencial consolidada la que afirma que el art. 165.1 de la
Ley Concursal es una norma complementaria de la del artículo 164.1. Contiene efectivamente
una concreción de lo que puede constituir una conducta gravemente culpable con
incidencia causal en la generación o agravación de la insolvencia, y establece
una presunción "iuris tantum" [que puede desvirtuarse mediante prueba
en contrario] en caso de concurrencia de la conducta descrita, el
incumplimiento del deber legal de solicitar el concurso, que se extiende tanto
al dolo o culpa grave como a su incidencia causal en la agravación de la
insolvencia (sentencias de esta Sala núm. 259/2012, de 20 de abril; 255/2012,
de 26 de abril; 298/2012, de 21 de mayo; 459/2012, de 19 de julio, 122/2014, de
1 de abril , y 275/2015, de 7 de mayo).
2.- Se trata, por otra parte, de una
consecuencia lógica del principio "id quod plerumque accidit" [lo que
normalmente sucede], puesto que el retraso en solicitar la declaración del
concurso suele provocar una agravación de la insolvencia del concursado, por lo
que sin necesidad de tal presunción legal, la carga de la prueba de que tal
agravación no se ha producido recaería también sobre las personas afectadas por
la calificación por cuanto que se trataría de un hecho excepcional.”.
Séptimo:
“2.- Las dudas no pueden "pesar más que
la presunción", como pretenden los recurrentes, puesto que justamente la
presunción supone una inversión de la carga de la prueba, de modo que si no
existe una prueba adecuada de la inexistencia de dolo o culpa grave y de que el
incumplimiento del deber de solicitar la declaración de concurso no agravó la
insolvencia del deudor (y tal ocurre cuando existen dudas), la presunción no
resulta destruida.”.
Noveno:
“2.- Respecto de la inhabilitación, al
resolver el recurso extraordinario por infracción procesal ya se ha expresado
que, tratándose de un pronunciamiento necesario cuando el concurso ha sido
calificado como culpable, no es precisa una especial justificación cuando se
impone en un grado medio, no obstante lo cual el Juzgado Mercantil lo razonó en
su fundamento tercero.
Los
órganos de instancia gozan de un margen de discrecionalidad en la fijación de
la duración de la inhabilitación que imponen a las personas especialmente
afectadas por la declaración del concurso como culpable. La función de control
en la interpretación y aplicación de la norma y de creación de doctrina jurisprudencial
que cumple el recurso de casación, exige el respeto a los pronunciamientos
discrecionales, facultativos o de equidad, que constituyen materia reservada a
la soberanía del tribunal de instancia y, por consiguiente, no puede ser objeto
de recurso de casación, salvo casos de evidente y notorio error de hecho, o
cuando el tribunal de instancia resuelva el tema de que se trata de forma
caprichosa, desorbitada o injusta.”.
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